Los lagos son la marca del Norte de Italia, y el Lago di Lugano tiene doble nacionalidad. Lo navegamos y descubrimos que es el blend perfecto entre la sofisticación suiza y el encanto italiano. Seguí leyendo las historias sobre una ciudad que vio cómo el arte, siendo su mano derecha, se mudaba a Madrid, y entonces tomó de la naturaleza un ícono que hizo famoso a un cálido país de América del Sur.
Porlezza
A sólo 12 kilómetros de Menaggio llegábamos a Porlezza, la primera ciudad italiana a orillas del Lago di Lugano. Desde Porlezza seguimos manejando en dirección a Lugano porque es la ciudad más importante a orillas de este lago.
Lugano, ¿qué observar de la ciudad?
¡Qué sorpresa Lugano! Es una ciudad suiza donde se habla italiano, tiene piazzas, universidad italiana, y también predomina la gastronomía vecina.
1. Via Nassa, la influencia italiana
Lo mejor de la influencia italiana se encuentra exhibido en los 400 metros de la Via Nassa, donde las joyerías y boutiques crean un ambiente muy elegante. Este paseo corre paralelo a la ribera del lago y comienza a la altura de la Terminal de Ferry Lugano Centrale, es decir, desde donde salen los barcos para realizar la navegación regular por este lago.
Fuimos un día Domingo y resulta que es el día de descanso de los comercios, así que a falta de movimiento comercial, nos encontramos con una fiesta tradicional.
Se puede regresar hacia la Terminal de Ferry por el camino ribereño que es muy pintoresco.
2. Lugano, con origen de coleccionista
Esta ciudad que vive del turismo tuvo un empujoncito millonario hace muchos años atrás. Fue en la década del ’30 cuando el Barón Heinrich Thyssen-Bornemisza mudó su colección de arte privado a su reciente mansión de Villa Favorita en Lugano, para protegerla de una Europa turbulenta de entreguerras. Allí construyó especialmente una galería de arte para mostrar su colección al público. Así Lugano saltaría al estrellato teniendo que desarrollarse con infraestructura para recibir a miles de visitantes adinerados.
Cuando se desata la Segunda Guerra Mundial, la familia se ve obligada a cerrar la galería por 10 años. En el interín fallece el Barón, y su colección queda repartida entre los herederos, aunque uno de ellos decide tomar la posta del arte y de los negocios familiares. ¿Quién era? Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza. Poco a poco logró reunir muchas de esas obras diseminadas, y sumadas a las que venía comprando, reabrió la galería de Lugano. Pero ¿Qué paso? ¿Por qué la galería no está más en Lugano? Porque el espacio quedó chico.
Resumiendo cuál sería su destino final, en 1992 las obras fueron trasladadas al Palacio Villahermosa de Madrid. Hoy en día es conocido como Museo Thyssen, que ubicado junto al Museo del Prado y al Museo Centro de Arte Reina Sofía, forman el famoso «triángulo de arte madrileño«. Esta instalación fue todo un éxito, así fue que el Estado español adquirió la colección Thyseen, pasando a formar parte de su patrimonio artístico. Paralelamente significó una pérdida importante como atractivo turístico para Lugano, pero a falta de museo, bien explotan las formaciones que la naturaleza supo hacer famoso a otro país.
3. Con tendencias cariocas, pero sin samba
El Museo Thyssen se fue de Lugano, pero nunca le podrán quitar a su Pan de Azúcar. Yo no lo inventé, ellos mismos dicen que el Monte Salvatore es parecido a su hermano brasilero. Hasta tiene un funicular que sale de Paraíso, y ahorra los 600 metros de subida para tener una panorámica de 360°.
4. La navegación, admirar el lago desde el lago
El ambiente es de un verde cautivante. El verde profundo del lago está enmarcado por dos grandes montes también alfombrados de un verde musgo, el Monte Salvatore y el Monte Brè. Las villas que bordean el lago y trepan las montañas son una especia de copia de Positano pero muy sofisticado.
Gandria
Gandria, única parada de este «Classic Tour«, es una villa de pescadores que se va internando en el Monte Brè, en una vuelta muy corta pero llena de escalones que nos van guiando hacia el Sendero de los Olivos. Este sendero que comenzamos a seguir como si fuésemos a descubrir quién sabe qué… es en realidad una zona de antiguos olivares y la excusa para caminar por esta pequeña ciudad, que representa el límite entre Suiza e Italia.
¿Dónde comprar los boletos de la navegación regular?
En Lugano hay varios puestos o embarcaderos donde se pueden comprar los boletos. Nosotros lo hicimos en el la Terminal de Lugano Centrale.
Hay varios recorridos que incluyen más o menos ciudades alrededor del Lago di Lugano, y los precios también van variando. Elegimos el Classic Tour (Tour Clásico) que permite el descenso en Gandria. Este es el tour más económico CH 27,40 (€ 24,90). Se puede pagar con tarjeta de crédito, y también con Euros pero el vuelto lo dan en Francos Suizos.
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5. ¿Qué otras actividades se pueden realizar en Lugano?
Pasado el mediodía se largó una lluvia torrencial, pero si el clima hubiese acompañado teníamos tiempo suficiente para subir a alguno de los funiculares que llevan al Monte Brè o al Monte Salvatore. De esta manera nos hubiésemos ido con una buena cantidad de vistas panorámicas desde todos los ángulos posibles: rivera, barco, y funicular.
Para los más activos, podría ser interesante realizar la caminata entre Gandria y Lugano por el Monte Brè.
¡Este paseo está incluido en el itinerario que recorre a Italia durante 30 días!