Llegar a Lago di Como fue parte de este itinerario de 30 días por la Bella Italia, y hasta ese momento veníamos coleccionando paisajes a lo loco: la seductora Costa Amalfitana y los atardeceres en el mar, las aguas azul-turquesa de Capri, la alfombra verde de La Toscana con su sinfín de viñedos perfectamente alineados, y el apiladito colorido de Cinque Terre.
Impresiones de Lago di Como
Pensaba si los italianos lo tenían todo, y si podrían con semejantes maravillas naturales admirarse antes otros paisajes del mundo. Pero ¿Qué era todo? Estábamos yendo al encuentro con el Lago di Como, a la sombra de los Alpes. Entramos al camino de montaña cuando el sol de la mañana hacía brillar las viviendas de colores claros y tejados rojizos, que contrastaban con el verde profundo de las laderas y del mismo lago. Los yates de un lado a otro dejaban la estela sobre el Lago di Como, que aunque poco tenía de espejo dibujaban un escenario romántico y elegante, hecho a la medida de los poetas.
Había llegado ¿al paraíso o a la grieta? Un poco y un poco. Sé que estoy dejando afuera de esta competencia ingrata de paisajes a las playas del sur, pero este era un paisaje que me había cautivado y convertido al equipo del Norte. Si algún día me alcanzara la oportunidad de conocer el Sur, será el momento de jugar este juego de las impresiones cardinales.
Siguiendo con el viaje, estábamos todos fascinados mientras bordeábamos el Lago di Como, y era la primera vez que habíamos logrado permanecer todos despiertos durante el viaje en ruta.
Viajaba de copiloto y escuchaba el coro de la familia decir con tono de asombro: ¡Ay, qué belleza!… ¡Que hermoso el paisaje!… ¡Mirá las casitas ahí abajo!… ¡Mirá la iglesia ahí arriba! ¡Frenemos!
La iglesia estaba a escasos escalones hacia arriba, ubicada como en un mirador, y me parecía que íbamos a tener unas vistas muy pintorescas del lago. ¡Mirá que paz acá arriba!… (y de pronto, mi papá que dice) Che… esto no es una iglesia… ¡Es un cementerio!… ¡Rajemos!… Nunca lo había visto correr tan rápido a mi papá como aquella vez.
Argegno, para el almuerzo
Como el hambre del mediodía no nos perdonaba paramos en Argegno que fue la ciudad que coincidió con ese momento.

Cafè Colombo. Un menú de hamburguesa con papas y gaseosa €12
Y para hacer la digestión de la foto anterior, salimos de caminata por Argegno que tiene un centro comercial a nivel de la ruta. Como la mayoría de los pueblos que habíamos visto desde la ruta, este no se sale de la regla y también se va desarrollando trepando la montaña. Sin querer nos encantó.
Menaggio, lugar donde nos alojamos
Con estas postales llegábamos muy entusiasmados a Menaggio, el lugar que elegimos para alojarnos, y bien arriba en la montaña, total … ya veníamos con experiencia.
Este día nos estábamos trasladando de Milán a Menaggio, y así cerramos el paseo.
Al día siguiente…
Navegación regular en Lago di Como
¿Conviene el free circulation ticket o boleto de libre circulación?
Era la tercera navegación de este viaje, pero esta vez tomando el ferry de línea regular, partiendo desde el puerto de Menaggio. Allí mismo compramos los tickets.
Cuándo conviene comprar el free circulatin ticket:
- El valor de este ticket es de €15 y el valor de un ticket por tramo es de €4,60.
- Conviene si planeás hacer más de 4 tramos diferentes, o ir y venir repitiendo puertos.
- La libre circulación es relativa. Tené en cuenta que el valor de €15 admite la circulación 3 de la tabla y permite hacer la triangulación más importante: Menaggio, Varenna, Bellagio (en cualquier dirección y las veces que quieras). Además incluye los tramos entre ciudades cercanas como Lenno, Tremezzo, Villa Carlotta, y Cadenabbia. No incluye los tramos a Como o Lecco, u otras ciudades cercanas a ellas, para eso tendrás que pagar otro importe de boleto bastante mayor.
Una navegación geométrica
El Lago di Como tiene una forma de Y invertida, y en esta navegación visitamos el triángulo de ciudades que se ubican en la zona central: Menaggio, Varenna, y Bellagio.
Varenna, mi preferida
Así son las vistas desde el barco, saliendo de Menaggio y en dirección a Varenna. En frente, en la base de esa montaña verde (que se ve en la foto de abajo) se encuentra Bellagio. A ambos lados se ven perfectamente los brazos del Lago di Como que forman la letra «Y».
El trayecto entre Menaggio y Varenna es corto, habrán sido unos 15 minutos aunque realmente no conecté con el tiempo por culpa del paisaje.
En este tramo, sentarte en el lado derecho del barco permite ver Bellagio a la distancia y la llegada al puerto de Varenna.
¡Ciao Varenna!
Simplemente romántica. Es muy fácil de visitar porque tiene un paseo costero corto y callejones escalonados para explorar. Todo ese sector es peatonal, con tiendas, restaurantes, arreglos florales, tan pintoresco como pacífico. Fue para mi el pueblo más lindo de todo el paseo.
Bellagio, La Perla de Lago di Como
Bellagio es otra hermosa ciudad de este trío del Norte de Italia. A simple vista parece contar con más infraestructura que Varenna: la hotelería, un centro comercial más desarrollado, y transporte terrestre que llega hasta el puerto.
Al bajar del barco tomamos el trencito de la alegría que nos llevó a conocer Bellagio, y muy originalmente se llama Bellagio Express. Es una vuelta de aproximadamente 1 hora y si bien los paisajes más lindos quedan en la costa, el tren muestra cómo es el detrás de escena, es decir, la parte alta de la ciudad, las casas de familia, el colegio, una brevísima introducción de cómo sería vivir en una ciudad como esta. El boleto cuesta €5.
Menaggio
Regresamos a Menaggio para almorzar, y nos encontramos con que se había armado una feria a metros del puerto, de productos gastronómicos típicos y artesanales.
Menaggio es una ciudad que recorre varios kilómetros a lo largo del Lago di Como y luego se trepa alto en la montaña. Parece que tiene una vida más comercial que turística, y nos ofreció una ubicación inmejorable para poder recorrer el Lago di Como y el Lago di Lugano al día siguiente.