¡Cómo no voy a visitar la ciudad de Nápoles en mi primer viaje a Italia! Ese fue mi pensamiento a pesar de escuchar varios comentarios negativos, como el caos del tránsito, o que es una ciudad muy descuidada. ¿Mi veredicto? Antes de dar mi opinión primero te cuento cómo es el centro histórico de la ciudad.

Centro histórico de Nápoles
¿Dónde estacionar en Nápoles?
Llegamos al centro de Nápoles con nuestra van de 9 pasajeros porque habíamos encontrado a través de Internet que algunos estacionamientos privados aceptaban todo tipo de vehículos. JA – JA. Fuimos rechazados en cada uno de los estacionamientos del centro, y para regresar hacia el puerto donde habíamos visto uno bastante más grande aunque alejado, nos llevó al menos una hora. Bienvenidos a Nápoles.
No importa, aquí la solución. Así vayas con un auto chico o un camión como nosotros te sugiero que estaciones en el puerto a donde llegan los ferrys, y a la altura del Castel Nuovo. No creas en la suerte porque en Nápoles no existe.

Estacionamiento del Puerto de Nápoles
¡La mejor forma de recorrer Nápoles!
Tenía planeado dejarme llevar por el recorrido del bus turístico para ver qué es lo que les interesa mostrar de la ciudad, dado que no iba con muchas expectativas, pero con el asunto del estacionamiento habíamos quedado alejados de las paradas del bus.
Tranvía Nápoli
Cuando logramos dejar la van en el puerto vimos la sombrillita del Tranvía Nápoli que hace un recorrido muy similar (si no es el mismo) que el del bus. Además de funcionar como hop on hop off, me gustó que es un vehículo más chico, el ticket es más económico €15 por persona en lugar de €23 del bus, y en lugar de tener audios explicativos, hay un guía abordo que va contando lo que vemos en el momento adecuado y cuando el tránsito lo permite.
Puede que te toque un guía muy copado, como una guía con un inglés terrible y que no quiera hacer ninguna traducción al español. De todos modos, todos los guías lo que más destacan en los comentarios es que Nápoles tiene 4 castillos, el resto es blá.
¿Cómo armamos este paseo por Nápoles?
Piazza del Gesù Nuovo y la Iglesia
Nos planteamos un recorrido bastante más alentador para visitar la ciudad: tomamos el Tranvía en la parada 1 que es el puerto y nos bajamos en la parada 4 que es la Piazza del Gesù Nuovo, o mejor dicho, en pleno centro histórico. Lo primero que vemos al bajar es la iglesia que lleva el mismo nombre.

Iglesia del Jesús Nuevo (Chiesa del Gesù Nuovo)
De afuera estaba entre que entro y que no entro, pero ya que estaba ahí entré, y resultó ser más impactante por dentro.
Via Croce y Via dei Librai, bien napolitanas
A partir de esta plaza comenzaba lo entretenido del paseo, y es sobre la calle de la iglesia que se llama Via Croce y hacia la derecha (si miramos la iglesia de frente) que parece que se transforma en un callejón, y más adelante cambia de nombre a Via dei Librai. Estas fueron las cuadras más Napolitanas del paseo, con los puestos que se desbordan hacia la calle y la presentación artística de los fideos, no hay veredas, y los autos que nos pasaban finito mientras contábamos los calzones colgados desde una ventana a la vereda de enfrente.

Negocios de la Via Croce
Los napolitanos expresan fanatismo, y especialmente cuando se trata de Diego Maradona:
¿De dónde sos?
De Argentina…
Maradona!!
No, Messi …
Nooo Messi le lustra los zapatos a Maradona !!
Esta conversación fue figurita repetida. Todos piensan igual. En el Bar Nilo hay un altar en honor a Diego Maradona que además de fotos y alegorías como si Miguel Ángel hubiese pintado al Diego en lugar de Adán para crearse a sí mismo como un Dios, guardan el pelo como cabello milagroso!! (en el cuadrito debajo de la foto de Diego, dice Capello Miracoloso). Y como si fuera poco, a la derecha del pelo, hay una botella con una lágrima del mismísimo Dios napolitano. Wow, no?

El altar de Maradona en el Bar Nilo
Tienen un fanatismo tal que Higuaín no puede pisar más suelo napolitano. Su paso a la Juventus dejó a los napolitanos muy dolidos y de alguna manera se lo hicieron saber:
Via San Gregorio Armenio, la calle de los pesebres
A pocas cuadras doblamos a la izquierda por la Via San Gregorio Armenio para recorrer la famosa calle de los pesebres. Hay locales que se dedican a armar escenarios y figuras para pesebres que son pura artesanía.
Via Tribunali, y la historia de San Genaro
Cuando llegamos a Via Tribunali doblamos hacia la derecha y a un par de cuadras se ve el Duomo Santa María Assunta, que como estaba en restauración no entramos, pero en el interior se encuentra el busto de plata de San Genaro, que guarda el cráneo del santo que también es el Patrono de Nápoles.
¿Quién fue San Genaro? San Genaro fue Obispo de Benevento en el siglo III. En el año 305 durante la persecución del Emperador Diocleciano a los cristianos, fue condenado a muerte y encarcelado. Ante su negativa de ceder su fe, lo introducen en un horno del que sale ileso al igual que su ropa. Al día siguiente lo tiran ante las fieras en un anfiteatro pero éstas en cambio se echan a sus pies. Finalmente lo llevan a una plaza de la actual ciudad de Pozzuoli donde lo decapitan.
En la catedral están las famosas cápsulas con la sangre del santo que se licúan tres veces al año en situaciones relacionadas con el santo. La primera celebración es el sábado anterior al primer domingo de Mayo que fue cuando trasladaron sus restos a Nápoles, la segunda es el 19 de Septiembre que es el aniversario de su muerte, y la tercera es el 16 de Diciembre para evitar los efectos de una erupción del Vesubio ocurrida en el 1631.
Almuerzo en Pizzería da Michele
El mediodía pedía pizza. Era el momento de encontrarnos cara a cara con el plato tradicional que fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en el 2017, estamos hablando de la pizza Napoletana. Es la primera vez que Italia se unifica para darle valor al arte del pizzaiolo napolitano, que se transmite de generación en generación, manteniendo así esta tradición culinaria y que dicho sea de paso produce millones de euros al año.

Pizzería Da Michele
El lugar del que todos hablan es la L’Antica Pizzería da Michele, pero el guía del tranvía nos recomendó otro lugar que le hace la competencia a Michele, donde no hay que perder tiempo haciendo fila para entrar, y además está justo en frente. Se llama Pizzería Trianon.

Marche una Margarita en la Pizzería Trianon
Pasticceria Attanasio, las provisiones dulces de la noche
Por recomendación de la moza de la pizzería el postre lo fuimos a buscar a la Pasticceria Attanasio, muy cerca de la Piazza Garibaldi donde está la estación de tren. Después de probar varios limoncellos del sur de Italia, puedo confirmar que el mejor de todos es el que hacen ellos. Las sfogliatellas calentitas, que son su fuerte, las liquidamos durante el paseo, pero para el postre de la noche reservamos los cannolis, code d’aragosta (cola de langosta), y babás. Una opción mejor que la otra, y no volvimos a probar mejor pastelería que esta, así que sacá número y esperá.

Pasticceria Attanasio
Piazza Garibaldi, centro neurálgico de la ciudad
Regresamos hacia la parada 2 del tranvía en la Piazza Garibaldi y tomamos el servicio de las 16:10 hs para hacer finalmente la vuelta completa que ofrece la empresa. Vale aclarar que cumplen con el horario que corresponde a cada parada.
La Piazza Garibaldi es donde se encuentra la Estación Central de Nápoles, conectada con al red de metro, buses, y trenes que operan rutas que unen esta ciudad con: Roma, Milán, Florencia, Mestre, entre otras ciudades que seguramente están incluidas en el itinerario de viaje.
Hasta ese momento el centro histórico no me había parecido gran cosa, de hecho para llegar a la pizzería Trianón, en lugar de caminar por una avenida principal nos mandamos por un callejón que era «el callejón de las damas de compañía», ahí nomás de la Porta Capuana. Pero es a partir de la parada 8 que el tranvía toma la calle Riviera di Chiaia, en dirección a Posilipo, donde la imagen de la ciudad cambia por completo transformándose en algo bastante más agradable. Evidentemente existe otro Nápoles.
Golfo de Nápoles
En la parada 9 que es la última y donde ya pega la vuelta para ir hacia el puerto, el tranvía se detuvo 5 minutos para que pudiéramos bajar y sacar fotos del Golfo de Nápoles.

Golfo de Nápoles desde la parada 9 del Tramvía turístico
Piazza dei Plebiscito
Terminamos el tour en el puerto y por cuenta propia nos acercamos a la Plaza del Plebiscito para recorrer esa parte de la ciudad que no se llega a ver bien desde el tranvía. Es la plaza pública más grande de Nápoles y que fue construida por los monarcas que reinaron allí por más de 700 años. La figura ecuestre es la de Fernando IV conocido como Fernando el narigudo, quien gobernó en Nápoles a finales del siglo XVIII. En ese momento la ciudad estaba plagada de corrupción, violencia, delincuencia, y como él siempre estaba preocupado por su seguridad, necesitaba tener preparado un túnel para escapar.
Este túnel de escape conecta con un mundo subterráneo que data de las primeras épocas de la historia de Nápoles. Se conoce como la Galería Borbónica (es una visita paga pero probablemente sea interesante dedicarle tiempo a conocerla para tener otro concepto del desarrollo de Nápoles). Por ella se descienden unos 23 metros a través de una escalera construida a mano. La galería está unida a todas las canteras de toba volcánicas, material con el que se construyó todo Nápoles. El uso de este túnel no sólo sirvió como escape del rey, sino que fue el refugio de los habitantes durante la Segunda Guerra Mundial que se protegían de los bombardeos.

Plaza del Plebiscito
Gran Caffè Gambrinus
París tiene su Café de la Paix y Nápoles el Gran Caffè Gambrinus. Un café muy paquete que desde 1860 fue el salón de la gente bien y está ubicado en la esquina de la plaza principal, muy cerca del Teatro San Carlo, del Palacio Real, y de la Galería Umberto I. No sólo fue el centro social y cultural de los napolitanos, sino que se hizo tan famoso que lo tuvieron que compartir con los artistas y escritores que llegaban a Nápoles en busca de ¿inspiración? Parece que Ernest Hemingway y Jean Paul Sartre escribieron sus pensamientos en alguna de las mesas de Gambrinus.

Gran Caffè Gambrinus
Galería Umberto I
Muy cerca se encuentra la Galería Umberto I, prima hermana de la Galería Vittorio Emanuele en Milán. No hay que enfrentar a la familia pero la galería napolitana no le llega ni a los pies de de su prima la Milanesa.

Galería Umberto I. Lo más destacable es su techo y en el centro los mosaicos con los símbolos del zodíaco.
Mi veredicto sobre Nápoles
Probablemente se necesiten más de 48 horas para enamorarse de ella, y para ponerse en los zapatos de esta ciudad que se quedó arañando una época de esplendor cuando se consideraba una de las capitales europeas. Hoy es Patrimonio de la Unesco porque logra conservar casi la totalidad de su casco histórico, una ciudad subterránea, y algo más de 300 iglesias con elementos arquitectónicos de antes de Cristo.
Si la seguimos observando bien nos va a mostrar todas las culturas que la vivieron: los franceses la influenciaron con la arquitectura gótica sobre edificios religiosos como el Duomo, el Castel Capuano, y el Castel Nuovo, entre otras basílicas; los españoles le dejaron un palacio real, iglesias como el Gesù Nuovo, el barrio español, y más murallas; y otros habrán hecho de las suyas para dejar su marca.
Tal vez entre tanta cultura extranjera, el napolitano se vio obligado a dejar su huella, y a hacer mucho ruido para ser oído, y lo lograron creando una ciudad bastante caótica, entre tanta trattoria que juegan competencia para demostrar cuál de todas es la más antica (antigua) y la que tiene la vera (verdadera) receta de la pizza Napolitana. Se aferraron al fanatismo del deporte más popular y crearon un Dios que los hizo más conocidos que la pizza y que el Vesubio. Pero bueno, ¿cómo no iba a visitar Nápoles en mi primer viaje a Italia? Ahora sé que un día no alcanza para descubrirla, y en lo posible hay que contar con algún amigo en la ciudad para que nos enseñe sus secretos.