Ese día mientras desayunábamos, una pareja que nos escucha hablar en español y sobre todo nuestra tonada argentina, nos contaba que ellos también eran argentinos pero que vivían en Canadá hacía ya 10 años. Ogunquit era la playa más cercana a Montreal (Canadá) para ellos, a una distancia de 500 kilómetros, y por lo tanto les resultaba más cerca la costa de Maine que la propia en Canadá.
Marginal Way, caminar por el acantilado
Fue por recomendación de esta pareja que comenzamos esa mañana conociendo un lugar que estaba fuera del plan, así que con un sol radiante, que volvimos a ver después de varios días de lluvia, fuimos en busca de ese lugar. El Marginal Way es un sendero de 2 kilómetros de acantilados que dan sobre la costa, y que hacen honor al significado de Ogunquit: «a beautiful place by de sea» (un hermoso lugar al lado del mar).
El camino comienza a 12 cuadras del hotel y termina en Perkins Cove, donde cenamos la noche anterior.
Fue después de este paseo por el Marginal Way que descubrimos un pueblo con un ambiente de simpatía por parte de sus lugareños, y de paisaje para los románticos (o no). Sorpresas que da la vida.
Este viaje nómada iba casi llegando a su fin porque el próximo destino era Boston, donde hicimos la última parada de este viaje para recorrer la ciudad y alrededores, pero antes hubo dos ciudades intermedias que queríamos conocer: Rockport y Salem «tierra de las brujas», ambas en el estado de Massachusetts.
Rockport
Camino a Rockport el paisaje se va transformando, el agua hace sus apariciones repentinas, pueblito tras pueblito, sus iglesias y cementerios, y de repente a un paso de llegar a destino, la postal de Rockport, un pueblo que parece conjugar a los pescadores de langostas y sus artistas. ¿Será que los primeros inspiraron a los segundos?
Rockport se encuentra a sólo 1 hora de Boston, y es por lo tanto un lugar considerado para las escapadas de fin de semana, porque allí se pueden alquilar kayaks, bicicletas, se realizan paseos en barco, hay buenos restaurantes y galerías de arte, tiene playa, y es tan pintoresco que vale la pena simplemente estar ahí.
Salem, mi ciudad
Continuamos camino hasta encontrarnos con la ruta 1 nuevamente, y que nos dejaba en la puerta de Salem. A pesar de que el nombre de esta ciudad está relacionada a una palabra de paz, es más bien conocida por los juicios por brujerías ocurridos varios siglos atrás. Esta historia oscura y sangrienta es el motivo por el que muchos visitamos la ciudad.
Cuenta la historia que en Salem, como en muchos otros pueblos de Nueva Inglaterra, había cierto fanatismo por la religión, intentando no desatar la «ira de Dios», por lo que todos los habitantes se vigilaban entre sí. Si ocurría que alguien perdía su propiedad, el trabajo, o el clima no favorecía la cosecha, la víctima necesitaba a alguien a quien culpar, y como la brujería no era algo inusual en el este del país, el foco de la culpabilidad se concentraba ahí. En Febrero de 1692 comenzaron a ocurrir algunos eventos extraños, dos chicas jóvenes empezaron a sufrir convulsiones, y como nada las curaba, el diagnóstico fue «embrujamiento». El juez local les creyó, comenzaron las investigaciones, y aparecieron más casos similares cada día a lo que llamaron «histeria colectiva», alcanzando más de 140 acusados, en su mayoría mujeres. Finalmente fueron ejecutados 20 de ellas, y 5 fallecieron en prisión. Años más tarde, quienes intervinieron en la decisión confesaron haber actuado por miedo.
Honestamente ya no teníamos mucho tiempo porque queríamos llegar a Boston a ver el primer partido de Argentina vs Bosnia (Mundial 2014), y tampoco nos llamaba la atención la visita a los tantos museos sobre brujas.
Pero por otra parte, y acercándonos al estilo del Freedom Trial de Boston, Salem tiene su propia línea roja la cual seguimos, lo que nos permitió conocer en ese poco tiempo el cementerio, el puerto, la peatonal, y así nos llevamos la imagen de una ciudad moderna y «particularmente embrujada».
Con un pie en Boston, aquí nos alojamos
Finalmente llegábamos a Boston donde nos alojamos en una casa victoriana alquilada por Airbnb. La casa era tan grande que iba rebotando entre las habitaciones hasta dar con la que estaba buscando.
Teníamos el subte a dos cuadras, que sólo usamos el día que hicimos el city tour en la ciudad, por lo que no fue necesario ninguna tarjeta especial como la MTA en Nueva York. El resto de los días usamos el auto alquilado, por lo que el transporte estaba resuelto. Para las provisiones comestibles fuimos al Supermercado Hannaford, ubicado en las afueras y que habíamos conocido en North Conway. Vale la pena visitarlo por la cantidad de productos y la variedad de cada uno.
Día siguiente: City Tour por la ciudad de Boston
2 comentarios
Hola, estuve el año pasado en Estados Unidos por una beca y visité Ogunquit. Hermoso. En un restaurante donde almorzamos, en la mesa de al lado cuatro argentinos. Dos matrimonios, uno de visita, otro viviendo en la zona. El mundo es un pañuelo.
Abrazo
Hola Ana! Viste… quién se puede imaginar que vas a encontrarte con argentinos en Ogunquit!!! Gracias por tu comentario. 🙂