Ubicado junto a la estación de tren de York, el Museo Nacional del Ferrocarril de York es el más grande de este tipo en Inglaterra. Desde su inauguración en 1975 exhibe la historia de los trenes de Gran Bretaña, como la locomotora a vapor más legendaria The Flying Scotsman, y aquellos utilizados por la Reina Victoria e Isabel II hasta 1970.
¿Qué ver en el Museo Nacional del Ferrocarril de York?
Station Hall
Station Hall fue un edificio ferroviario en funcionamiento hasta 1960. La atmósfera de este lugar sigue intacta, mientras recorremos 100 años de vida ferroviaria entre las formaciones que exhibe.
Great Hall
Great Hall era el galpón que se utilizaba para limpiar y preparar locomotoras de vapor. Hoy es un gran espacio que aloja a los gigantes de la velocidad de los últimos 200 años, como el tren bala japonés, único de su tipo fuera de Japón. Las máquinas a vapor, que suelen estar en plataformas giratorias, se exhiben en una demostración personalizada resaltando alguna característica especial.
El gran almacén o Warehouse
Es donde exhiben todos los objetos que pertenecieron a los trenes, estaciones de tren, uniformes, vajilla, y cientos de objetos que pasaron por los trenes con algún significado.
El área de trabajo o The Workshop
No sólo funciona como lugar de muestra, sino que es donde se siguen haciendo los mantenimientos a las maquinarias para que sigan funcionando, aún estando fuera del servicio comercial.
The Flying Scotsman, la legendaria locomotora a vapor
Hay una sector del museo dedicado exclusivamente a la locomotora a vapor más mítica de Gran Bretaña, The Flying Scotsman. Salía todos los días a las 10:00 horas de la mañana desde Londres con destino a Edimburgo, trayecto que duraba 10 horas y media.
Construida en 1923, poco a poco se fue convirtiendo en un tren de lujo. Contaba con un restaurante estilo Luis XVI, tocador para señoras, asientos de terciopelo rojo y cine. Se convirtió en la locomotora a vapor más rápida cuando el 30 de noviembre de 1934, alcanzó las 100 millas por hora (161 km/h) en el trayecto entre Londres y Leeds. En 1963 fue retirada del servicio y formó parte de la exposición de trenes en Australia.
En el museo mantienen vivo el recuerdo y la admiración hacia una máquina que cambió la vida de miles de personas que viajaron en ella, y trabajaron con ella. En el año 2004 adquirieron la máquina por una suma de casi 3 millones de euros, incluyendo los costos de refacción, por lo que hoy día sigue funcionando.
El recorrido por York forma parte del itinerario de 30 días de esta primera visita a Europa, que incluye además a: Madrid, Barcelona, París, Londres, y Edimburgo.
2 comentarios
Sin llegar a ser fanático, me gustan los trenes y es una muy buena opción para conocer. Me gusto mucho 🙂 Gracias por compartir
Gracias Adrián por tu comentario! 🙂
Es así, sin ser fanático de los trenes, es una paseo interesante para tener un acercamiento a esa parte de la historia. Y considerando la importancia de este medio en la conectividad de Europa.