Desde la Plaza del Cordón a unos 400 metros más al sur encontramos esta joyita del Madrid de los Austrias, la Plaza de la Paja.
Fue la plaza principal durante la edad media y su nombre se debe porque allí se vendía la paja para las mulas madrileñas, aunque también se comercializaban otros productos dado que era un lugar muy concurrido. En el siglo XV el entorno de la plaza comienza a cambiar y se levantan palacios nobiliarios como los Lasso de Castilla, que fuera el alojamiento preferido de los Reyes Católicos durante sus estancias en Madrid desde 1477.
Hacia el sur de esta plaza se levantó en el siglo XVI la mayor joya del renacimiento madrileño que es la Capilla del Obispo, con el fin de albergar los restos de San Isidro. El nombre verdadero de la capilla es Nuestra Señora y de San Juan de Letrán, pero se la conoce como “Del Obispo” porque fue terminada por el Obispo Gutiérrez de Vargas Carvajal. Los restos de San Isidro estuvieron aquí hasta el año 1544 cuando fueron trasladados a la vecina Iglesia de San Andrés. La Capilla del Obispo es renacentista, no tiene rastros de bicromía (rojo-gris) y todo el conjunto es de granito, pero no existe la decoración plateresca. En cambio sí comparte otras características con otros ejemplos de renacimiento español, como el caso del uso de arcos carpaneles (carpaneles: arco de medio punto rebajado) que se observa en la parte superior.
¿Quién fue San Isidro? Nació en Madrid, se supone que el 4 de abril de 1082 y dicen que tenía el don de encontrar agua (manantiales) fácilmente. Se casa con María, y obligados huyen de la ciudad al campo, donde “labraba” la tierra. En 1192 regresa a Madrid para vivir en una casa cercana a la Iglesia de San Andrés y muere a los pocos años. La devoción del Santo fue creciendo tanto, que su cuerpo era sacado en procesión para invocar lluvias y en la actualidad todos los 15 de Mayo se celebra la fiesta de San Isidro Labrador donde se visita la Ermita de San Isidro en las afueras de Madrid, para tomar el agua que brota en un manantial cercano. Aquí además los visitantes aprovechan para disfrutar de una merienda en las praderas de San Isidro.
Dejamos la Plaza de la Paja y caminamos 200 metros desde la capilla a la casa de la malicia. En la calle de la Redondilla y esquina con la calle de los Mancebos se encuentra un ejemplo de estas Casas de la Malicia de fachada color rosa intenso.
En el año 1900 sufrió reformas y añadidos, pero si imaginamos la casa de aquella época sólo debemos tener en cuenta un techo bien aguardillado y las ventanas de la planta baja más grandes de lo normal, para disimular la doble altura de la casa. Hoy con la apertura de las nuevas ventanas se ve realmente que había dos pisos. En el post «Madrid – Un poco de historia» pueden leer sobre la finalidad de estas casas.
Hacia nuestra izquierda está la calle Bailén, por la que caminamos 3 cuadras hacia el norte hasta el Palacio de Uceda que se encuentra en la intersección con la calle Mayor.
Llamado así porque fue residencia del Duque de Uceda, otro de los validos del Rey Felipe III. Este edificio continúa con la característica común del uso del ladrillo y del granito, pero se diferencia de otros palacios al no utilizar torres ni pizarra en el techo, sino que es de teja, lo que lo hace raro a la hora de hablar de arquitectura de los Austrias. El duque no pudo ver terminado su palacio ya que al poco tiempo de morir Felipe III se embargaron parte de sus bienes y fue desterrado de la corte. A partir de ese momento el palacio estuvo regentado por la Real Hacienda y fue empleado como residencia de personajes reales y nobles principales vinculados al rey. Aquí vivieron la viuda de Felipe IV, Mariana de Austria, hasta su fallecimiento. También por orden de Felipe V aquí se alojaron los consejos de Castilla, Indias, Órdenes y Hacienda, tribunales, oficinas de contaduría y tesorerías, dada la falta de espacio en el viejo Alcázar. Desde ese momento el edificio fue conocido como Palacio de los Consejos, denominación que se mantuvo hasta la muerte de Fernando VII. Hoy funciona allí el Consejo de Estado, que es el supremo órgano consultivo del Gobierno.