Si visitás Madrid por tu cuenta o lo hacés con un tour, tener una base sobre la historia turística de Madrid te puede ayudar observar los atractivos que visitas y a entender por qué ves lo que ves.
Historia turística de Madrid
En el itinerario de Madrid los atractivos turísticos se dividen principalmente entre dos casas reales, la de los Austrias y la de los Borbones.
Madrid de los Austrias
La ciudad de Madrid está situada en la orilla oeste del Río Manzanares y las primeras noticias que se tienen de la ciudad se remontan a la época musulmana de Emir Muhammad I (852-886) quien mandó a construir una fortaleza a orillas de este río, llamada Magerit de la cual deriva el nombre de Madrid. El significado de “Magerit” no está muy claro pero tiene que ver con el cauce o lecho del río que hacen referencia a la abundancia de arroyos y aguas subterráneas presentes en el momento de construir la fortaleza. Actualmente podemos visitar el puente más antiguo de Madrid que es el Puente de Segovia, y que permite cruzar el río Manzanares.
Madrid no cobra verdadera importancia hasta que Felipe II, perteneciente a la Dinastía de los Austrias, trasladó allí la corte en 1561 y a partir de este momento era necesaria una reforma urbanística. La corte atrajo por un lado a multitud de artistas españoles y extranjeros, y por otro generó grandes números de indigentes debido a que la población creció a pasos agigantados.
De la secuencia de reyes de la Casa de los Austrias, destaco los siguientes que son los que nos introducen a los sitios turísticos que conocimos en el itinerario propuesto:
Carlos V
Era el hombre más poderoso del mundo, había heredado un gran número de territorios que conformaron el mayor imperio de la época: Castilla, Aragón y Navarra, junto con las colonias de América recién conquistadas y el sacro-imperio-romano-germánico en el centro y este de Europa.
Para el año 1516 la capital española seguía siendo Toledo, y Madrid sólo era una ciudad de segunda categoría. Sin embargo el rey se encariña con la ciudad, la elige y la corona como “Villa Imperial”, como proyección para su Felipe II, el futuro rey. Este lugar es precisamente el actual Palacio Real, y antiguamente llamado Alcázar. No sólo eligió la villa para su hijo sino para él mismo, para pasar largas temporadas para cuidar de su salud, y cazar en la actual Casa de Campo y el Monte de Pardo.
Felipe II
Ya como rey, declara en 1561 a Madrid como Ciudad Capital del país y residencia permanente de la corte. Así es como comienzan a llegar nobles, funcionarios, representantes de órdenes religiosas, y otros personajes relacionados con el poder y la administración. En cuestión de unas pocas décadas, la población pasó de tener 12.000 habitantes a 90.000 habitantes, lo que que generó un importante problema ¿dónde alojar a toda esa gente?
Para darle una solución a este asunto se instaló un controvertido impuesto que fue “la regalía de aposento”. Consistía en un tributo que no se pagaba con dinero, sino que todos los madrileños que tuviesen casas con dos pisos debían ceder la planta superior a los funcionarios llegados a la villa. Esto no fue bien visto por los propietarios de la ciudad, por lo que se las ingeniaron para reformar sus casas y darles apariencia de tener una sola planta, para así engañar a las autoridades y esquivar el impuesto. Estas casas fueron luego denominadas casas de la malicia.
Felipe II fue clave en la arquitectura de esta época y se encarga de renovar el estilo, hacia una imagen con tres características fundamentales: monumentalidad, austeridad y clasicismo. El Monasterio del Escorial y la Plaza Mayor son el más claro ejemplo de ese deseo.
Felipe III
Un monarca no muy capaz para la política, deja prácticamente el gobierno en manos de sus validos. Durante este gobierno el validazgo tuvo su figura en el Duque de Lerma, quien decide trasladar la capital española a la ciudad de Valladolid, entre los años 1601 y 1606. El duque, ni lento ni perezoso, sabiendo que esta situación se iba a dar por hecho compró tierras en Valladolid a precios irrisorios, que aumentaron exponencialmente tras el traslado de la capital, y paralelamente compró terrenos en Madrid aprovechando la caída de valores.
Cuando la capitalidad volvió a Madrid el Duque había hecho un negocio redondo. Claramente este nuevo traslado también había sido sugerido por el mismísimo Duque. Mientras la corte estuvo instalada en Valladolid llegaron personajes conocidos como el pintor Rubens, el novelista Miguel de Cervantes, el escritor Francisco de Quevedo, entre otros. Durante ese tiempo nacieron el futuro rey Felipe IV y su hermana Ana de Austria.
Al regresar a Madrid, la esposa de Felipe III, Margarita de Austria, promueve la construcción de un complejo religioso. Para ese entonces Madrid no contaba con una catedral y el Alcázar no tenía capilla, así es que se levantó el Monasterio de la Encarnación.

Felipe III en el centro de la Plaza Mayor
Felipe IV
Hijo de Felipe III y uno de los monarcas que más tiempo estuvo en el poder, fueron 44 años desde 1621 hasta 1655. Como su padre, tampoco tenía especial virtud para la política, pero sí era amante por la cultura y las artes. Compró unos 800 cuadros de pintores europeos y parte de su colección se puede ver en el Museo del Prado.
Con Felipe IV Madrid continúa su renovación urbanística y se levantan edificios con el estilo clásico de los Austrias, como por ejemplo El Palacio de Santa Cruz o Cárcel de Corte a unos pocos metros de la Plaza Mayor, que originariamente fue prisión y Palacio de Justicia. Actualmente es sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Escultura Felipe IV en la Plaza de Oriente
Carlos II
Hijo de Felipe IV, fue apodado “el hechizado” por sus problemas físicos y mentales, lo que le impidió tener hijos, hecho que provocó la guerra de sucesión a su muerte y la derrota de la Casa de los Austrias. Esto produjo la llegada al trono de la Casa de los Borbones, actual familia monárquica en España.
Madrid de los Borbones
Carlos III
Llega en 1759 desde Nápoles a la capital de su nuevo reino, Madrid. Se encontró con una ciudad pequeña, oscura y sucia, con calles mal empedradas y casas de aspecto rústico. Las fachadas de las iglesias y la monotonía de los muros de los edificios no contribuían a alegrar el conjunto. La ciudad carecía de políticas sanitarias y sólo se limpiaban las calles los días previos a las fiestas púbicas. Si bien Carlos III le dio un empujón a la ciudad en cuanto a reformas, no fue suficiente porque su reinado fue corto ya que murió 1788.
Resumidamente el reinado de Carlos III fue influenciado por la Ilustración, un movimiento que incluía la renovación tecnológica, política y artística que ya se aplicaba en Italia. Carlos III hizo limpiar las calles y las iluminó, aumentó la vigilancia urbana ya que hasta el momento Madrid era una ciudad peligrosa, empedró las calles, potenció el comercio y la industria, mejoró las comunicaciones y edificó construcciones civiles y militares.
Entres su obras mandó a construir la Puerta de Alcalá, el eje central de la ciudad que al norte se denomina Paseo de la Castellana y al sur Paseo del Prado, al que incorporó las fuentes de Cibeles, Neptuno, y Apolo. El Museo del Prado fue concebido como gabinete de Historia Natural. Fue también el primer monarca en habitar el Palacio Real como residencia oficial de reyes, y el pueblo lo reconoció como el “mejor Alcalde de Madrid”.

Escultura de Carlos III en Puerta del Sol
Este breve relato sobre la historia turística de Madrid forma parte del itinerario de 30 días de esta primera visita a Europa, que incluye itinerarios en las ciudades de: Madrid, Barcelona, París, Londres, York, y Edimburgo.