Cualquier intención para hacer deporte suma y aprovechando los hermosos días de sol en la Ciudad de Buenos Aires, en esta bicicleteada por el Parque Tres de Febrero y una pizca de historia del lugar, podremos ver con otros ojos aquello que creemos conocer. En tu bici o en la Ecobici del Gobierno de la Ciudad y por qué no a pie! … una vuelta distinta por Palermo.
¿Qué son las Ecobicis?
La Ciudad de Buenos Aires dispone de un sistema de estaciones automáticas de bicicletas que funciona durante los siete días de la semana, las 24 horas. Hoy la red de ciclovías alcanza los 140 kilómetros uniendo varios puntos estratégicos de la ciudad. En la web del Gobierno de la Ciudad informan de manera muy fácil cómo utilizar este servicio, también te sugiero que leas las «preguntas frecuentes» ya que anticipan aquí todo lo que puede ocurrir, como la disponibilidad de las estaciones, anclajes de las bicis, tiempo de uso y penalización en caso de exceder ese tiempo, entre otros temas importantes.
¿Cuál es el recorrido que propongo?
La vuelta completa tiene aproximadamente 5 kilómetros y se hace en 1 hora pedaleando despacio, incluyendo el tiempo para selfies. El punto de partida es el Jardín Zoológico, que en el caso de Ecobicis es el puesto Nro. 44. Como decía al principio, en este circuito hay mucho para ver y más interesante aún son esas curiosidades que no se ven… comenzando por el nombre de este gran pulmón verde que es el Parque Tres de Febrero.
¿Por qué se llama Parque Tres de Febrero?
Se llama así porque el 3 de febrero de 1852 fue la fecha en que el gobernador Juan Manuel de Rosas era derrotado en la batalla de Caseros, de allí surgieron dos enemigos: uno de armas, Justo José de Urquiza y uno intelectual, Domingo F. Sarmiento que escribía en contra de Rosas. La batalla de Caseros se realizó en la localidad de Caseros, partido de Tres de Febrero. Es Domingo F. Sarmiento que durante su presidencia crea el Zoológico, el Jardín Botánico y le encomienda al paisajista Carlos Thays el diseño de los bosques, denominándolo Parque Tres de Febrero.
Comencemos con el paseo:
Monumento de los españoles
Desde el punto de inicio, la primera imagen conocida es el Monumento de los españoles, aunque creo que no todos sabemos que el verdadero nombre es «A la Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas».
El monumento fue donado por la comunidad española y cuya piedra fundamental fue colocada por la Infanta Isabel (tía de Alfonso XIII, rey de España) en el año 1910 con motivo del centenario de la Revolución de Mayo, durante el gobierno de José Figueroa Alcorta. Fue recién inaugurado el 13 de marzo de 1927 debido a todos los contratiempos sufridos: largas huelgas obreras en las canteras de Carrara, el fallecimiento del escultor Agustín Querol quien sólo llegó a realizar los bocetos, seguido por Cipriano Folgueras pero también falleció antes de terminar la obra, siendo Antonio Molinario quien completó el trabajo. Entre otras cosas en 1916, el barco Príncipe de Asturias venía a Buenos Aires con las estatuas que completaban el monumento, pero naufragó frente a las costas de Brasil por lo que debieron pedir las réplicas a España. Las originales aún se encuentran bajo el mar, aunque en 1991 se rescató una ninfa de dos metros de alto que por el momento se encuentra en Brasil. Vemos en la cima una estatua de la República, la base (en mármol y al pie del monumento) son alegorías al Trabajo y las cuatro regiones que son Los Andes, El Río de la Plata, La Pampa y El Chaco son las esculturas realizadas en bronce ubicadas en los vértices de las bases.
Monumento a Juan Manuel de Rosas
Cruzando la Av. Sarmiento se encuentra la Plaza Intendente Seeber donde se alza el monumento a Juan Manuel de Rosas. Fue inaugurado el 8 de noviembre de 1999 durante la presidencia de Carlos Menem quien tramitó la repatriación de los restos del general de Inglaterra a la Argentina y hoy se encuentran en el Cementerio de la Recoleta. La escultura tiene en total 15 metros de alto, en su pedestal se encuentran las citas de San Martín y alegorías al combate de la Vuelta de Obligado, al Pacto Federal de 1831 y a la Campaña del Desierto.
Circuito gastronómico
Hacia tu izquierda por Av. del Libertador a unos 400 metros, se encuentra el Paseo de la Infanta, donde se desarrolló un «oasis gastronómico» debajo de los arcos ferroviarios restaurados. Hay opciones entre comidas rápidas, crepes, heladerías boutique, pizzería y gimnasio, ambientes relajados y muy palermitanos.
Paseo del Rosedal
El Paseo del Rosedal cuenta con una colección de más de 18.000 rosas y un lago que lo rodea. Entre los elementos más destacados de este parque verás el puente helénico o puente de los enamorados (de estilo griego), luego continúa una extensa pérgola bordeando el lago.
Frente al Rosedal, se encuentra el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, se especializa principalmente en arte argentino del siglo XIX y XX y se actualiza todos los años con las obras premiadas en el Salón de Artes Plásticas Manuel Belgrano en las disciplinas de pintura, escultura, grabado y dibujo. Antiguamente era un tambo, luego se acondicionó como confitería en la década de 1920 donde las damas elegantes se reunían a tomar el té o cócteles al atardecer.
Monumento a Justo José de Urquiza
Continuá bordeando el Paseo del Rosedal hasta llegar a la Av. Sarmiento, hacia tu izquierda y en la intersección con la Av. Presidente Figueroa Alcorta se levanta el Monumento a Justo José de Urquiza inaugurado en el año 1958, fue obra de los escultores argentinos Renzo Baldi y Héctor Rocha.
Es una pieza ecuestre realizada en granito y bronce, en la base se observa en bajorrelieve la Asamblea General Constituyente del año 1953 y la Batalla de Caseros. Una curiosidad sobre la escultura: el apero o montura no tiene cincha (que es la faja de cuero que sujeta la montura por debajo de la panza del caballo), por lo que en situación real, Urquiza se caería. El caballo se encuentra mirando hacia la ciudad y Urquiza hacia las tierras del derrotado.
Planetario Galileo Galilei
Cruzá la Av. Figueroa Alcorta en dirección al Planetario Galileo Galiei para tener plena vista de este edificio que fue inaugurado el 20 de diciembre de 1966 con el objetivo de divulgar la ciencia astronómica a través de los espectáculos didácticos-recreativos. Se levanta sobre la Plaza Dr. Benjamín Gould en homenaje al astrónomo norteamericano quien dirigió la construcción del Observatorio Nacional de Córdoba y fue su director hasta el año 1884.
Plaza Sicilia
Continuar por Av. Figueroa Alcorta en dirección al Jardín Japonés para bordearlo a través de la Av. Berro Adolfo hasta la Av. Casares donde se encuentra la entrada principal.
El Jardín Japonés se encuentra dentro de la Plaza Sicilia. Hace más de 150 años allí se encontraba la quinta del gobernador de Buenos Aires Don Juan Manuel de Rosas, una casa amplia, un gran patio central y galerías que la rodeaban. Además el terreno que le pertenecía incluía lo que es hoy el Zoológico, el Jardín Botánico, La Rural y los lagos de Palermo. Cuando es derrotado en la batalla de Caseros una de las primeras medidas de Urquiza fue expropiar las propiedades de Rosas entre ellas esta quinta y un 3 de Febrero de 1899 la demuelen para crear allí un parque público. En el sitio donde se ubicaba el dormitorio de Rosas, levantaron el Monumento a Domingo F. Sarmiento (esquina de Av. Libertador y Av. Sarmiento), cuyo autor es Rodin (el mismo que realizó la escultura del Pensador, en la Plaza Congreso).
En este mismo parque también se encuentra el Lago Victoria Ocampo que es el más pequeño y menos concurrido de los 4 lagos de Palermo.
Museo Evita
Último tramo y recta final. Desde el lago Victoria Ocampo, salí a la Av. del Libertador, doblá a la izquierda y la primera cuadra en dirección a la derecha es la calle Lafinur. Seguir hasta la altura del 2988 donde se encuentra el Museo Evita, que exhibe publicaciones, fotografías, audios, prendas de indumentaria y accesorios personales e información histórica desde su infancia hasta su muerte a través de macroleyendas que hacen muy dinámico su entendimiento. También tiene un Restaurante con buenos comentarios en las redes sociales.
Continuá por Lafinur casi una cuadra más hasta la Av. Las Heras donde se encuentra a la izquierda el Jardín Botánico y a la derecha el Jardín Zoológico. Unos metros más adelante finalizará el recorrido en Plaza Italia.
Jardín Botánico
El Jardín Botánico fue inaugurado en 1881 durante la presidencia de D. F. Sarmiento. Allí vivió Carlos Thays junto a su familia durante su mandato como Director de Parques y Jardines de Buenos Aires. Cuenta con una superficie de 7 hectáreas, alberga unas 6.000 especies vegetales, una biblioteca de botánica, jardines de estilo francés y romano, invernaderos, colecciones de esculturas y una casona con cuatro torreones que le dan aspecto de castillo inglés revestida en ladrillo de color rojo. Allí se realizan muestras de arte temporarias y talleres. Funciona en el predio la Escuela de Jardinería del Gobierno de la Ciudad. Vale la pena conocerlo, caminar entre sus senderos y relajarse lejos del bullicio de la ciudad.
Plaza Italia
Una vez en Plaza Italia, si estás con la Ecobici podés devolverla en el puesto Nº5, para luego buscar la pieza arquitectónica más antigua de la ciudad, un trozo de columna del Foro Romano de dos mil años de antigüedad, donado a Buenos Aires por la Municipalidad de Roma.
También se encuentra el Monumento a Giuseppe Garibaldi escultura ecuestre en homenaje a este militar y político italiano, realizada por el escultor Eugenio Maccagnani e inaugurado el 19 de junio de 1904. Su réplica también la vi en el viaje a Italia.
A partir de ese momento fue cuando esta plaza comenzó a llamarse Plaza Italia, siendo su nombre originario Plaza de los Portones, debido a la existencia de dos inmensos portones ubicados en la actual Av. Sarmiento, que daban ingreso al Parque Tres de Febrero (esos portones desaparecieron en el año 1917). La idea de hacer hacer un monumento en homenaje a este “guerrero de dos mundos” como lo definían nace del Círculo Italiano de Buenos Aires. Muchos no estaban de acuerdo con el homenaje porque Garibaldi había peleado contra la Argentina e incluso en una batalla naval en el Río de la Plata, había sido capturado por las fuerzas de Guillermo Brown quien se negó a fusilarlo, como había ordenado Juan Manuel de Rosas y lo dejó escapar. Dicen que el almirante declaró: “Garibaldi es un valiente y no merece morir así”.