Si el tour es nocturno da más miedo. Terminado el horario de oficina, no queda ni un alma o al menos eso creemos mientras caminamos los pasillos silenciosos del Palacio Barolo, en busca de analogías que rinden homenaje a la Divina Comedia de Dante Alighieri.
¿Para qué se ideó el Palacio Barolo?
El Palacio Barolo es inaugurado el 7 de julio de 1923, siendo el edificio más alto de la ciudad y de América del Sur. Era una apuesta a la modernidad porque además tenía un hermano gemelo de estilo ecléctico en Montevideo, construido por el mismo arquitecto, llamado Palacio Savio y los faros de ambos edificios se comunicarían en el camino para guiar a dúo los baros que navegaban el Río de la Plata.
El arquitecto Mario Palanti, quien buscaba inmortalizarse con esta obra, construyó el palacio a pedido del empresario textil Luis Barolo, ambos italianos y miembros de la masonería. Barolo quería trasladar desde Europa las cenizas de Dante Alighieri debido a su fanatismo por el poeta, y porque Europa había quedado destruida tras la Primera Guerra Mundial. Además por temor a que una Segunda Guerra se desatara, el traslado de las cenizas del Dante debería ser inminente para evitar que se perdieran en ese futuro escenario. De esta manera, el edificio funcionaría como su mausoleo.
El Palacio Barolo es de un peculiar estilo ecléctico, llamados para muchos “romanticismo”, con reminiscencias del gótico y de arte islámico de la India. Es el mejor ejemplo de la arquitectura esotérica del siglo XX que tiene la Avenida de Mayo.
Analogías a la Divina Comedia
El edificio se encuentra dividido en tres partes al igual que la obra de Dante Alighieri: Infierno (planta baja), Purgatorio (piso 1 al 14) que siendo siete los pecados capitales, cada dos pisos representaba un pecado capital, y Paraíso (piso 14 al 22) donde se encuentra la cúpula conformada por 8 pisos que es la cantidad de planetas que conocían Dante hacia el año 1300. En el camino al paraíso no hay ascensor, desde la cúpula al faro se sube por una escalera que cuanto más arriba, más estrecha se hace, simbolizando que la ascensión al paraíso es sumamente complicada, y hasta se debe encoger el cuerpo (para no golpearse la cabeza) como si se hiciera una reverencia.
En las esquinas de las paredes del segundo piso, hay decoraciones que si se las observa bien, hacen alusión al infierno.
El Faro se ubica en lo más alto del edificio y fue concebido para dar la bienvenida a los inmigrantes europeos, que llegaban navegando el Río de la Plata.
Y el chiste…
La Divina Comedia menciona que el pasaje al paraíso se encuentra en la Cruz del Sur, y casualmente todos los meses de Junio de cada año se alinea la constelación de la Cruz del Sur con el Faro.
La estructura tiene 100 metros hasta la punta del faro que es el mismo número de cantos que tiene la Divina Comedia, y 22 son los pisos al igual que las estrofas de los versos de esta obra.
La bandera italiana se encuentra representada en el edificio: el color rojo en las líneas de los pisos de planta baja, el color blanco en las paredes, y el color verde en la parte trasera del edificio donde se encuentra la Cruz del Sur.
Los elementos masónicos que se observan son: la letra “A” del ascensor con forma de compás, la “aguja” que marca los pisos en el ascensor que es una Flor de Lis, el contraste del blanco y negro en los pisos que representa la dualidad (por ejemplo: la luz y las tinieblas, el bien y el mal, el día y la noche).
En el “Pasaje del Infierno” (planta baja), hay nueve bóvedas distribuidas en forma simétrica, decorada con dragones, serpientes, y círculos que representan fuego. En el medio del hall se encuentra la escultura “La Ascensión” que simboliza al Dante en ascenso al cielo sobre el cuerpo de un águila, y allí es donde debían descansar los restos del poeta italiano. ¿Estarán realmente?
Las vistas nocturnas durante la degustación
Al finalizar el recorrido dedicado a descubrir las analogías de la Divina Comedia en el Palacio Barolo, quedaba por disfrutar de una degustación simple, y las vistas nocturnas de la ciudad desde los balcones de una oficina típica del palacio.
En el silencio de los pasillos, una sola pregunta se viene a la mente para hacerle al guía… si ¿conocía historias de fantasmas en el edificio? muy reticente a responder y haciendo gestos de no querer recordar, mencionó algunas situaciones de ruidos extraños y de personas con las que se han cruzado por los pasillos que hace tiempo, ya no se encuentran entre nosotros.