«La sexta es la vencida», dijo la Catedral Metropolitana después de haberse desplomado y levantado tantas veces, quitándose así el título de ser la más antigua, pero conocida por ser el principal templo católico de la Ciudad de Buenos Aires que guarda los restos del General San Martín. Además forma parte del circuito de visitas obligadas alrededor de la Plaza de Mayo.
Derrumbes y reconstrucciones
Fueron seis las catedrales que se construyeron para llegar a la actual. La primera del año 1593 echa de adobe. Tanto esta capilla como las siguientes se derrumbaron por incendios, inundaciones, la precariedad de la construcción, y materiales utilizados. La quinta construcción en el año 1622 era algo más sólida, pero también sufrió derrumbes parciales, remiendos y demoliciones. En 1692 se comenzó con la obra final de tres naves y capillas laterales. Cuando estaban trabajando en la fachada, 35 años después, se desploma más de dos tercios del edificio, y años más tarde, la cúpula presentaría rajaduras por lo que debieron rehacerla.
Alusiones de la Catedral
El pórtico neoclásico fue terminado en 1863 y representa el encuentro de Jacob con su hijo José en Egipto. El escultor quiso aludir con esa escena al fin de la Confederación Argentina y por ende, la reincorporación de la provincia de Buenos Aires al resto del país, después de la batalla de Pavón. Las 12 columnas simbolizan a los doce apóstoles.
El interior de la Catedral
El altar está tallado en estilo barroco, cuenta con un cristo también tallado en una pieza de madera de algarrobo, siendo la imagen más antigua de la ciudad que data del año 1671. Los cuadros que ilustran el Vía Crucis, estaban destinados a la Iglesia del Pilar en Recoleta pero por sus dimensiones le resultaban muy grandes.
Funciona también el Museo en honor al Papa Francisco, que desde el año 1998 y hasta su consagración como Sumo Pontífice, Jorge Bergoglio fue Arzobispo de Buenos Aires, y el encargado de conducir la Arquidiócesis.
Mausoleo del General San Martín
Si no entra horizontal que sea en diagonal, así descansa el cuerpo embalsamado del General San Martín, recibido en Buenos Aires el 28 de Mayo de 1880 con una gran fiesta.
El mausoleo que guardaría sus restos todavía no estaba terminado, por lo que debieron depositarlo en el Panteón de los canónigos hasta que fuera terminado tres meses después. Cuando intentaron ubicar el ataúd dentro del mausoleo se dieron cuenta de que no cabía. Sucedió que el escultor francés, encargado del diseño del monumento, había tomado en Francia la medida del féretro que ocupaban los restos del general, pero luego de treinta años de su fallecimiento el sepulcro, que no se encontraba en buenas condiciones, fue resguardado dentro de otro que además serviría de protección para el traslado hacia la Argentina. Cuando llega a Buenos Aires, se lo colocó a su vez dentro de un tercero, más lujoso, y que fue envuelto con la bandera del Ejército de los Andes, por lo que no había entonces un solo ataúd, sino tres. Como no cabía en el espacio asignado en el mausoleo, debieron colocarlo en diagonal.
En la parte posterior del mausoleo se encuentra la cruz de madera que indicaba la tumba del general en Francia.